EL JUEGO PATOLÓGICO Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS



ADICCIÓN A INTERNET

¿Te conectas más tiempo del que esperabas cuando comienzas a usar internet?¿Te sientes incapaz de controlar o de interrumpir su uso?¿Las actividades que realizas tienen que ver cada vez más con internet, dejando de lado tus actividades usuales, ocupacionales o recreativas?
¿Tienes algún problema de sueño, con tu pareja o familia, estás siendo impuntual en el trabajo y a pesar de ello te sientes incapaz de dejar de estar conectado?

       Estos son tan solo algunos de los indicadores que apuntan hacia un nuevo problema derivado del uso incontrolado e involuntario de algo: INTERNET.

       La adicción a internet, pese a que no es nada conocida, es en la actualidad uno de los más serios riesgos al que nos vemos sometidos, por el campo tan amplio de posibilidades que ofrece a aquel que lo usa. En cifras, por encima del 48% de los usuarios, navega de 4 a 6 horas diarias. El 61%, utliza foros de debate para relacionarse, y un 84% utiliza alguno de las redes (P2P) de descarga de contenidos. Esto, desde un punto de vista meramente estadístico, nos habla de una implantación masiva, que en nuestro país ronda los 27 millones de personas.
      Y como no, el juego no deja de estar presente sino que que subyace en todas y cada una de las estructuras de la red, por no decir que de la sociedad, ya que son muchas las casas de apuestas y juego online que se anuncian en nuestros periódicos, radios y que incluso patrocinan equipos de futbol como el Real Madrid y otros.

      Volviendo a la cruda realidad de las estadísticas, nos encontramos con que un 34% de los usuarios juega online, con lo que hablamos de cifras que superan el millón de personas. Esto, solamente en nuestro país, que no es precisamente la punta de lanza de la tecnología a nivel europeo.
     Como todo proceso adictivo, es gradual y no siempre perceptible para los que nos rodean, ya que, a diferencia del juego de azar convencional, este se realiza dentro de casa, sin más personas alrededor. Las primeras señales que han de encender nuestras luces de alarma son la privación del sueño, la fatiga e incluso un paulatino y sospechoso deterioro de la salud. Todo ello seguido de un decremento de la comunicación con la familia, el círculo social, etc.
La depresión es el gran síntoma, junto con los cambios en el estado anímico, las alteraciones del humor, ansiedad, impaciencia, alteraciones de la conciencia y el más completo aislamiento.



ADICCIÓN A LOS TELÉFONOS MÓVILES

De manera similar, nos encontramos ante un fenómeno novedoso, aunque éste lo es por varias razones. La primera de ellas por su masiva implantación (en España, hay 44,3 millones de líneas de telefonos móviles para 44,1 millones de habitantes¡), y la segunda, por la población que hace un uso más completo y variado de los mismos: los jóvenes.
Se calcula que por encima del 33% de nuestros jóvenes está enganchado a los teléfonos móviles.
Nadie a estas alturas pone en tela de juicio las virtudes de este fenómeno, como la independencia que proporcionan los teléfonos, la libertad y variedad de la comunicación, el estrechamiento de lazos con los amigos, etc. Ahora bien, entre el uso y el abuso media un trecho en el que el despilfarro, el uso descontrolado y exteporáneo, la obsesión y la conversión del móvil en un fin en vez de en un medio, son factores que hacen de este fenómeno un problema cada vez más estancado y de mayores dimensiones sociales.
El juego, como no, se encuentra presente en esta realidad, como en todas. Las plataformas de juego online han descubierto un filón a través de los contenidos para móviles. Descargas, sorteos express, chats, sexo y más, se han adherido al fenómeno como algo demasiado cotidiano y desconocido por un buen número de personas si que por ello deje de plantearse como uno de los grandes problemas de fondo de toda esta situación, porque no lo olvidemos: el target del adicto al móvil, es un adolescente, varón o mujer, que busca nuevas sensaciones y que posee una cierta habilidad tecnológica para manejarse en el medio.

Según la Comunidad Europea, el 36% de los chicos que usan móvil tiene menos de 18 años, de los cuales, el 70% tiene entre 12 y 13 años y el 41% de 10 a 11 años. La edad media del primer móvil son los 8 años.

¿CUÁNDO HAY UN PROBLEMA?

El primer aviso siempre suele ser una factura excesiva. Observamos como se habla por el móvil con gente o bien que está muy cerca o que incluso está a la vista! Nunca dejan el teléfono, lo llevan hasta a la cama. Hablan mucho por teléfono y muy poco a la cara, y el bienestar o malestar depende de si tienen cerca el teléfono o no. Se altera el sueño, se aplazan actividades, sus resultados académicos empeoran ya que se mandan sms en clase o en el colegio, etc.
(Santos M. González Barrio. Director Técnico de la Asociación Castellano Leonesa de Jugadores de Azar Rehabilitados. Valladolid.)